AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



jueves, 3 de marzo de 2011

5º y último día del taller de escritura: mirar adelante

Todo se termina, y el final de un taller de primeros pasos en la escritura puede deberse a dos causas: que no haya más pasos, o que conduzcan a unos segundos pasos. Me gustaría que el final de este taller fuera de este último tipo; que cada recién nacido escritor no dejase de caminar.

Así que, aparte de comentar unos microrrelatos hechos en casa, estuvimos mirando al futuro: ¿qué pasará cuando venga el bloqueo de escritura? ¿qué directrices generales habrá que recordar cuando se quiera abordar un relato breve? y si nos proponemos que cualquier frase escrita -incluso en un breve mail, en un canijo sms- sea, a partir de ahora, correcta y elegante, ¿qué mandamientos básicos se deberían recordar?

Nos detuvimos en el brindis, como género literario, recordando el que hace Gabriel Conroy en "Los muertos", de James Joyce. Con un poco de cocina textual, qué bien se puede preparar un brindis, aparentemente improvisado, que habrá servido para humanizar un poco más nuestra vida social.

Hablamos de la importancia de tener siempre papel a mano para anotar las ocurrencias, de los utensilios del escritor, el lugar, la iluminación... incluso conocimos la cabaña de la escritura de George Bernard Shaw, con un sistema rotatorio para girar en pos del sol, o crear variados efectos de luz, capaces inspirar cosas diversas. No creo que ningún tallerista -y menos el profesor- construya una cabina de estas, pero da ideas sobre el escenario de la escritura.

En fin, creo que hemos salido con ganas de escribir más, de ir adensando y enriqueciendo la vida cotidiana, plena de relaciones interpersonales, con este ejercicio mágico de la escritura.