AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



viernes, 5 de julio de 2013

Recomendación de lectura para el verano: evasión… hacia uno mismo

—¿Me recomiendas algo para leer este verano?

—Sí, evasión, evasión, evasión… hacia ti.

—¿?

—Han pasado meses, uno ha estado corriendo, atendiendo a muchas cosas diversas, ¡y hay tantas cosas, cositas, que no han dejado de requerir nuestra atención! Uno ha estado surcando superficies, donde se dan las tormentas, los vientos, los cambios repentinos del aire… es verdad: había que estar también ahí, es el ámbito de las urgencias. Pero con qué facilidad uno se acostumbra al ajetreo y llega a creerse que es su habitat natural.

Mientras tanto, uno ha descuidado las profundidades. Si ha leído, ha leído multa, sed non multum, se ha dejado llevar por los imperativos de las opiniones, del marketing, del estar a la última… En el paladar del alma le ha quedado el regusto de la química de una gran piruleta, una larga, ya demasiado larga piruleta que casi le hace olvidar lo que era un roast beef…

Pero es verano, y hay tiempo. Tiempo para la evasión, la huida… de toda esa superficie cansina donde se ha estado faenando y muchas veces perdiendo el tiempo. Verano, lectura: es la gran evasión.

Una voz, como la de las sirenas de Ulises, pero buena, familiar, íntima, invita a las profundidades de uno mismo. Hay que pertrecharse de buenos libros, libros de inmersión que hacen recuperar el buen oído para el silencio, el buen paladar para los matices, el buen ojo para los sutiles contrastes…

Por fin el descanso que uno iba buscando.


¿No?