AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



miércoles, 5 de enero de 2011

Los Reyes Magos, San Nicolás y Pagano-el


Pobre San Nicolás, le ha caído una santidad ingrata (al menos a este lado de los Pirineos). Durante todo el año trabaja a destajo: que si que llegue a fin de mes, que si pagar esta factura, que si... Sancte Nicolae, curam domus age! -que dice la invocación tradicional-, que nuestro hogar no se arruine. Y ahora, con la crisis global, a troche y moche. 

Y cuando el buen santo podría tomarse unas minivacaciones, ya que llegan los tres Reyes a hacer el turno de invierno, va y le sale esa caricatura inmerecida de Pagano-el: cualquier desaprensivo se hace con unas barbas blancas y un gorrito rojo, y ale, hasta lo más indecoroso y zafio tiene ahí su pasaporte a la Postmodernavidad.

Hay santidades y santidades, hay que reconocer que a los tres Reyes les ha salido muy bien en la tómbola cultural: sus representaciones son por lo general dignas, todo colorido, exotismo, bondad. No hay nada como salir en el Evangelio de San Mateo. San Nicolás, por el contrario, tiene su imagen sencilla, callada, de hacendoso administrador de nuestras estrecheces, cuya historia no nos acaba de interesar mucho, y a quien solemos olvidar en cuanto se cumple la petición.

En fin, ahora que es el momento de hacer propósitos para el año nuevo, por lo que a mí respecta, prometo tratar mejor al santo... a ver si vienen brotes verdes de verdad.