Nicias me cuenta que estamos en el 70º aniversario del nacimiento de Bruce Lee, que estudió filosofía en la Universidad de Washington, que allí están los robles más grandes y ancianos que hay, que llegan hasta los mil años, que muchos se quiebran por su rigidez, y que entonces Bruce Lee se había acordado de los troncos de bambú de su pueblo chino, esbeltos, capaces de adaptarse al viento enemigo, de sobrevivir evitando quebrarse; que la filosofía que inventó se llama Jeet Kune Do, “puño que intercepta”, y que parte del convencimiento de que cada ser humano guarda en su interior un guerrero que debe estar alerta para conseguir sus sueños; que para conseguir esto uno debe olvidarse de sí y adaptarse al enemigo, interceptando los golpes y alimentando con esa energía del ataque la de la respuesta; y que dijo “Un buen maestro protege a sus alumnos de su propia influencia”.
Ya se ve que, además de dar patadas, hacía honor a su apellido.