Era una tarde tolerable, meteorológicamente. Enrique Baltanás y yo veníamos de una puesta en común, de una tasca de la calle Sierpes. La Casa del Libro –Velázquez 8-, un lugar muy acogedor, con su estancia para actos culturales, en casi una buhardilla, que le da mucho carácter. En el público Fidel Villegas, Victoria León, José Luna Borge, Juanjo Gascón, Jesús Vélez, entre otros amigos. Enrique se arranca con la lectura, sin atenuantes, del primer capitulito de Leer o no leer. Me encantó, y desde luego su glosa del libro. Me toca a mí: he venido a Sevilla a encarnarme, a ponerle chicha a una parte de mi vida que hasta ese momento era vagarosa y virtual, por obra y gracia de los bloggs, donde Andalucía era de bites y los contertulios fantasmas de blogger. Hablo de los principios activos del libro, de educación –no sin vehemencia-, de los diversos capítulos, y anécdotas, y ocurrencias, y recuerdos, y bla, bla, bla. Preguntas: todas muy jugosas, así que me explayo. Miro el reloj, ya llevamos una hora. Hay que terminar. Nos invitan a una copa de cava. El personal de La Casa del Libro, grandes profesionales, excelente formación literaria y volcados con la presentación.
Salimos a Velázquez, que si sí, que si no, al girar la esquina ahí que estamos tomando cañas el presentador, amigos y el autor. La tasca, levantada sobre unos escalones considerables, es muy conocida, pero no recuerdo el nombre. La temperatura se va llevando mejor. Me encanta la tertulia de pie, con el volumen justo de bullicio ambiente.
Pues eso, y poco más –o digamos que el poco más no cabe en el género literario blog; como escribió una vez Enrique Baltanás, "Hay vida más allá de los blogs"- fue la presentación en Sevilla. Muchas gracias a todos los que hicisteis posible que fuera tan agradable y tan entre amigos.