AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



miércoles, 12 de mayo de 2010

La prosa ensucia el lenguaje de tanto usarlo, la poesía lo limpia

Jaime Siles, cuya amistad me honra, fue entrevistado hace unos días sobre los estudios clásicos y sobre la poesía. Sus respuestas son de alto voltaje intelectual, y de una concisión y justeza verdaderamente clásicas. He puesto de título el resumen de una de ellas, que copio a continuación:

-P: Leer poesía genera cierta ansiedad en los no iniciados.

-R: Es que la lectura de una novela es fácil de entender, pero la manera de decir del poeta exige una actitud de tensión de quien la recibe. La poesía es la lavandería del lenguaje. La prosa ensucia el lenguaje de tanto usarlo, por el desgaste diario. Sin embargo, la poesía limpia el lenguaje porque lo renueva, y por eso opone una resistencia a lector, obligado a aprender, a chocar con el texto.

Un lenguaje renovado exige un lector renovado, o “in potentia” de renovarse. La lectura puede ser un camino insustituible en la afinación de la identidad.