Sigo con el diálogo de Cicerón. Un poco más en harina, Lelio explica sobre su difunto amigo:
Disfruto tanto con el recuerdo de nuestra amistad, que me parece haber vivido dichosamente por haber vivido con Escipión (II, xv, mi traducción).
Vivir como vivir-con. Vivir con libros no es lo mismo que vivir con personas, y una torre de marfil puede estar forrada de volúmenes, y conocemos literariamente –y quizás personalmente- esas abisales soledades; pero el libro puede –debe- conducir hacia los otros, en él debe estar su presencia. Y en la buena literatura también la presencia del Otro.