Al entrar en una biblioteca, percibo una sensación extraña, de serenidad y excitación. Como el efecto de una tila con unas gotas de ron.
Es la paradójica conversación con los difuntos, donde todo parece dicho y hecho; pero aún no dicho ni hecho, en mí.
Estimado José Manuel,
ResponderEliminarNo sé si habrás leído "Bibliotecas llenas de fantasmas" del francés Jacques Bonnet (Edit. Anagrama), pero después de leer tu post me he acordado de él. Te lo recomiendo. Publico una reseña del mismo dentro de unos meses, en el núm. 88 de la revista Clarin.
Un cordial saludo,
Juan Pablo López
Muchas gracias por la pista, Juan Pablo, no conozco la obra, pero ahora me hago con ella, te contaré, y leeré con mucho gusto tu reseña en Clarín.
ResponderEliminarÁnimo con lo que llevas entre manos. JM.