AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cúpulas y capiteles, de José María Jurado en Colección Álogos: cuatro notas



I.
Sencillamente, fascinante, este Cúpulas y capiteles. Entradas del blog La columna toscana (La Isla de Siltolá). Basta que alguien cree un género (Javier Sánchez Menéndez), y se licue de insignes ejemplos, para que alguien (José María Jurado) lo reviente por sus más confiadas cañerías y se desparrame como una carcajada imprevisible por sus ya descosturas. Porque es un género este Álogos, este traer a la pérdida diferida de las páginas, lo que es instantánea pérdida -esa escritura generosa- en el vértigo mudo del blog. Otro “formato” de la codicia indeclinable de ser presencia en el solar del perder que es el vivir; que siempre ha sido.

Duchamp creía que lo había hecho primero, cuando se hurtó aquel urinario y lo iluminó bajo otra luz. Iluso (y guarrete). Sería que los burgueses andaban muy somnolientos, o Gombrich aún no había llegado, o la caja registradora no daba para historias (del arte): al final, entre uno y otros, todo quedó en la misma familia de escandalizadores y escandalizados. Pero aquí tenemos la traslación a escala humana, digna, alta, en gracia; del derrumbadero digital de cada día, a un alfeizar soleado y amparado de un vidrio esbelto y su rosa al goache poco untado de Gaya, esperando el prodigio del buen leer.

Para decir lo que es, no es, pudiera ser un blog, remito a mis Enriques (B y G-M); que yo mejor no lo diría.

II.
Jamás había leído tanta inteligencia, sensibilidad, ficción, cultura… palpado un encaje así, de Valenciennes, a la aguja de las palabras. Y ahora ya.

III.
Baudelaire hacía toda esa defensa de la crítica literaria partisana, interesada. No le faltaba razón. Nos gusta más lo que más nos gusta, je. Y ya hace tiempo que los “contenidos” y las perspectivas volvieron a la crítica, y reconocemos que mostramos incorregible arrimo a lo que, más allá de la forma de todos reconocida, nos habla de lo que también nosotros pensábamos. Así, no puedo evitarlo, me voy con lo que también decía Azorín en “Zaguanes”, a lo que a mí también me repugna y sobrecoge en “Réquiem por baby P.”, a esa antigua “Verdad de la poesía”, a toda esa suite ‘Música de capilla’ de pulso y plectro y planto y plenitud cristianas.

IV.
Fantásticos los microcuentos de ‘Las mil y una noches’, las semblanzas de ‘Dramatis personae’ –aquí he de decir que el affaire Galileo es algo más complejo que lo que la vulgata urbana pregona-, y el ‘Prologuillo’ y todo…

Bueno, queden allá esas Cúpulas y capiteles, y aquí esta partisana reseña, esperando las inexorables aguas del sumidero digital.

martes, 29 de noviembre de 2011

Vine a la llibreria

El que escribe (esto) es uno de los escritores valencianos abajofirmantes de un manifiesto-iniciativa, "Vine a la llibreria". La causa justa es la pervivencia del librero como persona que orienta y acoge las inquietudes lectoras, y de la librería como espacio cultural. Más información sobre esta campaña del Gremi de Llibrers de València y de la Generalitat Valenciana, aquí.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Filosofía del retorno



Domingo tarde: la mayor parte de los urbanitas se han derrengado en el marathon de esta mañana. El cauce del río duerme también la siesta deportiva. Camino hacia el puente de Calatrava con mi trompeta a la espalda y la sordina en la mano. Han pasado siete días, vuelvo al mismo lugar y ...la filosofía, otra vez, en el Turia. Un filósofo anda suelto: veo sus rastros. En el respaldo de un banco ha escrito que piensa que piensa, luego estorba. Ciertamente, no está. Me temo lo peor, ¿hasta dónde habrá llegado la radicalidad de su "estorbidad"? ¿estará ya al otro lado del río? ¿va en el bote de Caronte, el de Patinir, hacia...? Tampoco hay que ponerse así. Quizás se haya ido a oír el fútbol en la radio.

Sea como sea, anónimo filósofo, vuelve. Aquí no estorba nadie.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Filosofía bajo el puente (y aclaración para filósofos)

(Hay tantos filósofos expedidos por el ministerio como filólogos; solo quiero decir que la filosofía -y la filología, y tantos saberes- han de estar vivos y que aceptan muchos formatos, como indica Alasdair MacIntyre al criticar la locura del paper académico).

Siempre ocurre: un río seco, un puente, un tipo tocando el saxo... y alguien más aparece... y comienza una conversación. Creo que debe tratarse de una situación arquetípica, un acorde de campanitas de plata: como si formase parte de un reducido catálogo de situaciones grado cero, irreductibles, donde lo humano resuena. Lo creo. 

Pues el otro día, bajo el "puente de Calatrava", que te da un eco de hasta cuatro respuestas, estaba yo tocando, y en este caso no era el saxo, sino la trompeta, que la estoy rehabilitando después de muchos años de silencio, y  ya estaba oscureciéndose la tarde y yo ya me había dicho que aquella canción era la última, y entonces en el ángulo muerto del rabillo del ojo aparece una figura, desenfocada y en movimiento como un pensamiento postmoderno, vestida de negro, glup, a ver cómo salimos de esta, calma, continúo tocando hasta el final, la mejor defensa es un buen ataque, "Hola, ¿qué tal?", un tipo joven y sonriente, claramente extranjero, descompresión, y comenzamos a conversar, le gusta la música, es polaco, se vino a Valencia con un alma emprendedora, y ahora hace lo que puede para sobrevivir, pero saldrá adelante, no lo dijo él, lo aseguro yo, y resulta que le gusta la filosofía, "¿Qué filósofos lees?", aquí es donde viene la enseñanza moral del crepúsculo, una señora cuyo nombre no he escuchado nunca, "¿Qué libro ha escrito?", dos a cero, pero suena a esoterismo... Michal, toco un poco más para mi polaco amigo y le doy mi número de móvil, a ver si nos vemos... 

Amor a la sabiduría, filosofía, y se la busca por todas partes... no solo en libros que escriben filósofos expedidos por ministerios -y tengo muchos amigos filósofos expedidos, pero ellos saben nadar y guardar la ropa-... y se la encuentra bajo el puente, en los últimos compases de una canción.    

martes, 22 de noviembre de 2011

Tan bella Santa Cecilia, tan cerca el unplugged

I.
Hoy es día de fiesta nacional en este blog: es Santa Cecilia, patrona de los músicos. Hace ya unos cuantos años pude estar en su iglesia titular, en una recoleta rinconada del trastévere romano. Allí me encontré esta sugerente escultura, de estética romántica, que muestra a la virgen y mártir, toda finura y delicadeza, con su discreta incisión en el cuello (el verdugo fue, ciertamente, bastante menos delicado).

Basílica de Santa Cecilia en Trastevere (Detalle)

El acta del martirio dice que: 

Venit dies in quo thalamus collacatus est, et, cantantibus organis, illa [Cecilia virgo] in corde suo soli Domino decantabat [dicens]: Fiat Domine cor meum et corpus meus inmaculatum et non confundar. 

Y dicen los que saben que hubo un error en la transcripción, y que el "cantantibus organis" era realmente "candentibus organis", instrumentos de tortura subidos de grados térmicos. No alababa a Dios entre órganos tocados por ángeles, una vez pasado el mal "trago", sino en el trago mismo (lo que no quita que también pudiese escuchar místicamente algo, no voy yo a ponerle límites a la gracia). En fin, se quedó esta delicada mártir como patrona de los músicos (y también de los poetas, los ciegos -como Santa Lucía- y de las ciudades de Albi (Francia), Omaha (Estado de Nebraska, USA) y Mar de Plata (Argentina). Y se la representa con el órgano, el laúd y las rosas.

De la conexión entre Santa Lucía, la música, la visión y la no visión y lo invisible y el sufrimiento del músico/poeta/artista escribiré en otro momento -estoy viendo un libro ya, qué le vamos a hacer-. Por cierto, Enrique Andrés publicó hace un par de años un precioso libro de ensayos de tema estético titulado Santa Lucía y los bueyes (Pre-Textos, en la colección "Correspondencias" que dirige nuestro común amigo el pintor y poeta José Saborit) con carta y prólogo de José Jiménez Lozano.

(Vaya, otra vez la banda blanca; podéis interpretarla como una senda hacia el cielo, mientras aprendo a quitarla para la próxima vez).


II.

Y resulta que, como el autor de este blog se ha liado la manta de la escritura a la cabeza y se ha echado al monte de  la profesión literaria, pues anda haciendo presentaciones a troche y moche de su Tan bella, tan cerca. La próxima es este próximo sábado 26, en el Bibliocafé de Valencia, a las 19 h. Y como ya viene siendo costumbre, va a montar un show musical. Un unplugged, a modo de "duets" con amigos y familiares. 

Bueno, os cuento un poco cómo va el programa por ahora: cantarán Elizabeth Bode-Dunphy y Rosa Mora Fandos (las dos sopranos, y haremos repertorio jazzístico); mi hermano Bernardo y yo tocaremos un par de blues a la flauta travesera y saxo tenor; con Ignacio Gil Pechuán, atentos a la guitarra de jazz; y con Juanfra Pérez, con quien formo el DúoMo, temas suyos, muy atmosféricos y sugerentes -además de acompañar en el resto de actuaciones-. Si alguien más quiere sumarse, que me envíe un mail.

Evidentemente, algo contaré del libro, y habrá preguntas; pero creo que la literatura que he intentado hacer en TBTC, se sentirá muy a gusto con la música. 

Y para terminar, dibujo al carbón compuesto & acuarela a modo de dedicatoria, a todos los que aparezcan por allí con un ejemplar de TBTC, y también de mi primogénito, Leer o no leer.

(Y si queréis merendar, en el Bibliocafé tienen unos muffins de chocolate como para no sacarse el pulgar de la boca). 


lunes, 21 de noviembre de 2011

Mi cliente no tiene prisa

sagrada_familia

Viernes pasado, de nuevo la suerte de asistir a los coloquios de Cultura Visual Contemporánea. 7:30 pm, sede de la Fundación Mainel, Valencia. 

Gaudí: el proceso creativo desde dentro, se titulaba la sesión. Jordi Faulí i Oller, Arquitecto Director Adjunto de la Sagrada Familia; y Concepció Peig, Profesora Titular de Arte de la Universitat Internacional de Catalunya, hicieron unas intervenciones sencillamente impactantes. No por nada espectacular -en el sentido más popular del término-, sino porque hablaron con gran conocimiento de causa de un hombre y una obra geniales.

Jordi Faulí contó que, cierta vez, un arquitecto del equipo de Gaudí le urgía a este a que implementara (¡horror!, esta palabra hay que evitarla como sea; el DRAE la acepta, pero es un anglicismo irredimible; no la dijo Jordi Faulí, me ha venido a la mente) un procedimiento constructivo. Y Gaudí le contestó: "Mi cliente no tiene prisa".

En las calles adyacentes a la mía, ha habido una verdadera fiebre implementadora pre20N: firmes reasfaltados de ese marengo recién vertido, moquetoso, que da casi escrúpulo pisarlo; carriles-bici sublimados hasta la eco-apoteosis (y que conste que estoy a favor)... en fin, los "clientes" de la democracia somos nosotros. Y eso me hace pensar, con pesar, que se nos trata con ese cortoplacismo de lo efímero.

Hace unas semanas recibí una entrañable carta, y quien escribía me recordaba ese salmo 102 (103): ¡el hombre! Como el heno son sus días: florece como flor silvestre; sobre él pasa el viento y no subsiste, ni se reconoce más su sitio.

Y la contestación de Gaudí... Hay un Cliente, y eso me consuela -ya se ve que se puede entender la palabra cliente en un sentido mejor-; no tiene prisa, y eso me da paz; y debajo del asfalto hay heno, y debajo del heno... eternidad.


(Disculpas por la banda blanca, que no sé quitar, y me tengo que ir a dormir. Se puede ver como un carril bici, de heno, y entonces queda muy bien).

viernes, 18 de noviembre de 2011

Tan bello tantos amigos tan cerca: presentación de Tan bella, tan cerca en Librería Diálogo, Madrid


En la foto se ve ya el buen ambiente de la presentación. Entre amigos, no podía ser de otro modo. Al fin y al cabo, ¿para qué escribimos, editamos, hacemos presentaciones, leemos, si no es para ser felices con los otros?

Pues allí, en el foso de libros de Diálogo, fue. Presentó el libro Enrique Andrés. Me encantaron sus palabras. Enrique no se anda con chiquitas, va al fondo, siempre; y en estos tiempos tan de superficie, se agradece de un modo especial. Hubo un breve coloquio. Mi gran amigo José Antonio Millán -que tampoco se para en chiquitas algunas- entró en diálogo-debate con Enrique, sobre el sentido de la belleza en Baudelaire, sobre su modo de percibirla y su manera de expresarla, y ahí se convocó instantáneamente a la literatura, la teología, la modernidad... : impresionante, yo hubiera estado horas escuchándolos, pero tuvimos que seguir caminando. 

Corina, que junto con Javier Sánchez Menéndez y Cristina Brackelmanns pude conocer como bajados de la blogosfera un rato después de mucho tiempo de blogs y mails -para volver a subir en cuanto terminara el acto-, me hizo una pregunta que, si no recuerdo mal, iba sobre la motivación de la escritura de este libro. Corina es filósofa, así que yo -que me imponen mucho los filósofos; y que, por cierto, pronto será doctora, y sobre Ricoeur, y con Jaime Nubiola como director de tesis, casi ná- expuse mis desvergonzadas incursiones en la filosofía para escribir Tan bella, tan cerca, y creo que nos reímos un poco.

Bueno, luego pasamos a la música, y toqué tres standards de jazz -cuyos nombres no voy a decir, no vaya a ser que la SGAE...-. Y terminé de dibujar los haikus (nada de haikai, ¡eh!) visuales que les tenía prometidos a todos mis amigos allí presentes. No quedaron mal. Rocío y María José se sorprendían divertidas del despliegue: lápices de carbón compuesto, goma, sacapuntas, acuarelas, agua y... ¡fijador de acuarela! Algo parecido a esto:




Para finalizar, foto de familia, la que se ve arriba. Y María José filmó un poco de una canción, que se puede ver y escuchar aquí:


Muchas gracias a todos.   


lunes, 14 de noviembre de 2011

Se hace saber

... a todos los Madridviajantes o cortehabitantes que:

aquel que en la conocida fecha de la presentación de "Tan bella, tan cerca", se acercara al autor con un ejemplar de dicho libro, le será estampado un dibujete o llámesele igualmente motivo vegetal, japonería o haiku visual al lápiz de carbón compuesto -u otras técnicas de urgencia, y al menos en la medida que la provisión de lápices dé de sí- en la portadilla junto a la dedicatoria que en tales presentaciones es costumbre de prodigarse. 

Y para que así conste y no me arrepienta a luego, doy este escrito a la blogosfera y que la historia virtual me lo impute (bueno, esta última palabra no suena muy bien, pero en vista del apremio de la vida moderna y postmoderna, quede).

jueves, 10 de noviembre de 2011

"Old San Juan" (de Puerto Rico) y Spyro Gyra



Supongo que no solo me pasa a mí. Se trata de esas marcas que te encuentras y no sabes de dónde han salido. Y comienza una pesquisa.

Hace muchos años escuché, no sé dónde, una canción fulminante. Gracias a Dios, al final, alguien debió mencionar que el intérprete era Spyro Gyra. Pero no el título. Luego, alguna ola de la vida pasó por encima... y algún día me volvió a la mente aquella melodía. Quizás el nuevo contexto, la vida que ya ha dado unos cuantos pasos... en fin, no podía hacer otra cosa que averiguar cómo se llamaba la canción. Me llevó un tiempo, gozoso, de búsqueda y escucha de temas de Spyro Gyra.

Un día -un día de esos en que estás a otras cosas- apareció una cassette en la sala de estar de una pequeña pensión de Johannesburgo -tampoco viajo tanto, es de las pocas cosas exóticas que he hecho, y fue para visitar a unos amigos- y pensé, "Y si..."; y sí: descubrí que mi marca se titulaba "Old San Juan", canción dedicada a San Juan de Puerto Rico. Desde ese momento Puerto Rico era los solos de saxo alto de Jay Beckenstein, el sorprendente sonido y la creatividad musical de Spyro Gyra... 

Cuando la única referencia de algo es una canción, esa realidad adquiere un voltaje espiritual arrollador. 

Así que, aquí está este tema, tan lírico y dramático al mismo tiempo, tan latino y tan sajón, tan bien compuesto y desarrollado, tan bien interpretado, que inscribe San Juan de Puerto Rico en ese muro de "cosas" buenas del espíritu. El día que vaya para allá -se aceptan mecenas-, será el cielo.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un BOE y un haiku, atracción fatal

-Ampute un BOE por donde mejor le parezca. Escoja, si puede ser, un pedazo consistente, de unas tres líneas.
-Resérvele la parte superior del folio de Word y péguelo: ctrl+v
-Dele cuatro toques al cursor, como el que quiere poner tierra de por medio.
-Busque un buen haiku.
-Encuéntrelo.
-ctrl+c y ctrl+v en el folio que venimos refiriendo; o insértelo manualmente, en continuidad con una tradición milenaria que se remonta a los amanuenses de Sumer.
-¡Chan, chan!
-El siguiente paso y desenlace, en la sesión del taller de iniciación a la escritura de esta tarde, en el Bibliocafé, Valencia, España (algún día espero hacer lo mismo en Buenos Aires, México DC, San Juan de Puerto Rico, Bogotá y Denver (colorín) Colorado; paciencia), o en este blog dentro de unos días.

martes, 8 de noviembre de 2011

¡ESTÁIS INVITADOS!



Javier Sánchez Menéndez me envía esta elegante invitación, que os hago llegar. Me encantará saludaros a todos los amigos y lectores de este blog y mis libros, que andéis por Madrid.

Por cierto, habrá cierre -breve- musical a cargo del autor.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Pintar el vacío: José Manuel Ballester


El viernes asistí a la entrevista-coloquio con José Manuel Ballester, primer día del ciclo Cultura Visual Contemporánea, de la Fundación Mainel. Ballester es artista plástico, premio nacional de fotografía 2010. En la conversación mostró algunas imágenes de diversas exposiciones- donde ha utilizado la pintura, el dibujo, la fotografía-, realizadas con gran delicadeza y sugerencia. En el coloquio habló sobre técnica, la consideración de la tradición, los lenguajes particulares, el enfoque documental, la enseñanza de las artes... Me gustaron su sensatez y su mirada inquieta...

Una de estas exposiciones, "Espacios ocultos", consistía en intervenciones en obras clásicas de la pintura, donde sustraía las figuras humanas de la composición, o como dice Calvo Serraller en el catálogo de la muestra: 
"en primera instancia, ha querido “limpiar” la pintura de paisaje histórica de toda la anecdótica humana, pero, en segunda, para trastocar el orden visual establecido de las cosas; esto es: invertir su jerarquía, dando prioridad a lo tradicionalmente considerado como en “segundo plano”.
Un modo de quitar la narración, y dejar el escenario. Un trabajo donde el fondo parece pasar a primer plano, y el vacío se vuelve inquietante. ¿Por qué?

Cuando vi esta intervención en La Anunciación de Fra Angelico, la del Prado, mis ojos buscaban las figuras, y verdaderamente esta ausencia se hacía inquietante. El fondo quería venir al primer plano, pero la ausencia lo detenía haciéndolo vibrar, como una estatuilla que quisiera salir de su hornacina, pero al no poder, se agitara con un íntimo y vehemente temblor. 

Claramente, vemos desde el recuerdo de lo que vimos, y desde la expectativa de lo que veremos; si sustraemos la pieza central humana, ese recuerdo y esa esperanza, ese continuo temporal que es antropológico -y no cosmológico ni biológico, y que somos nosotros mismos-, se siente golpeado en su corazón, y es entonces cuando sentimos esa intervención quirúrgica, esa extirpación, esa punzada que no se la dieron a la imagen, sino a la imagen que ya era vida de nuestra vida.

Ese vacío es nuestro vacío, y esa sustracción es pérdida nuestra; los segundos planos quieren la herencia, pero el vacío -porque era vacío de humanidad; no todos los vacíos son iguales-, ejerce una fuerza sobre las cosas con un dedo en los labios.

Pensé que si Ballester mostraba algún cuadro que yo no conociera, que no recordara, y por tanto no esperara, quizás no experimentaría ese golpe. Pero no fue así. Los conocía todos, porque todos están en El Prado -he tenido la suerte de visitarlo con mucha asiduidad-. Pero pensé que alguno en el que no me hubiera detenido habitualmente, podría hacer el mismo efecto: la serie de "La historia de Nastagio degli Onesti" de Botticelli. Y volví a sentir esa inquietud. Concluyo que se trata de ese hueco construido por todas las líneas de fuerza de la composición: todo dirige la atención allí; si no hay nada... mejor, si no hay nadie, ocurre que no puedes dejar de buscarlo, aunque desconozcas quién es.

Me figuro que el día en que alguien se situara delante de una cuadro intervenido por José Manuel Ballester, y no sintiera la punzada, y ninguna ausencia, ningún vacío humano frenara los fondos, que se vendrían adelante, estaríamos en la víspera del fin del mundo, tal como lo deberíamos conocer.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Presentación Tan bella, tan cerca, Siltolá, Enrique Andrés Ruiz, Madrid 17 noviembre

Pues para los que estéis en Madrid: será en la Librería Diálogo, 17 de noviembre, a las 20:00 h (C/. Serrano 108, esquina Diego de León); y con un muy buen amigo como presentador: el poeta, escritor y crítico de arte, Enrique Andrés Ruiz.

Nos conocimos en la presentación de su poemario, El Reino, en el IVAM. Hace ya años. Luego hemos mantenido la amistad, como debe ser. 

Y además, en Diálogo, con Mª José y Rocío, que tan bonita tienen puesta esta librería proyectada por la audacia de Rafael Moneo.

Javier Sánchez Menéndez, editor de La Isla de Siltolá, que ha mimado esta maravilla de edición que es Tan bella, tan cerca, estará, por su deseo -que el mío era que se viniera a la mesa- entre el público.

En fin, lo pasaremos muy bien. Estáis invitados.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Para qué sirve la literatura?, de Antoine Compagnon: una nota


Un libro pequeñito, por su tamaño y su número de páginas. Pero un imán. Pasan los días, los años, y vuelvo a él. Una tensión humana sostiene las letras -no el papel, menuda tontería-, que hablan de qué nos va o nos viene con esto de la literatura. Un poquito, solo un poquito, y os haréis una idea:

"!Llega a ser el que eres!", me susurra la literatura, según el mandamiento de la Segunda Pítica de Píndaro, retomada por Nietzsche en Así habló Zaratustra.

De ahí, para arriba.

martes, 1 de noviembre de 2011

Artículo sobre Tan bella, tan cerca, por Pedro López

Lo mejor es que yo me calle, y que lo leáis -si queréis-, en su tinta original, aquí; y congelado aquí abajo:

CO-SER Y EN-CANTAR

«Tan bella, tan cerca» es la última obra de un ensayista novel, pero que se abre camino con una prosa límpida, vigorosa, sugerente, lírica. Su autor es un valenciano talentoso, con proyección. José Manuel Mora Fandos invita en este libro a escuchar con el alma, pues el lector sólo oye el susurro, una magnífica metáfora, de lo que es la vida: co-ser y en-cantar. No sé si la metáfora la toma prestada o es propia del autor. Tampoco importa mucho. Hila fino. Porque para coser, en primer lugar, hay que enhebrar: acertar a meter el hilo por el ojo de la aguja, tarea nada fácil. Sólo basta —y no es poco— con tener una mirada certera; un ojo de halcón, penetrante para vislumbrar, por encima o por debajo de lo gris, de lo anodino, la belleza de lo cotidiano. Tener vista, mirada atenta; y oído, delicado, afinado. Su observación perspicaz enhebra, una y otra vez, la aguja para, en medio de la mediocridad, dar un pespunte de belleza. Y eso no se hace al tun-tún: sólo quien posee la experiencia de lo vívido, de ese vivir tranquilo en medio del tráfago, puede permitirse el lujo de entrever lo que le circunda, aunque no sin silencio. Ese silencio compartido del nosotros, el co-ser. Porque, después de enhebrar, hay que tejer, trenzar la urdimbre. Labor de voleo, de aquí para allá. Co-ser es pasar, una y otra vez, engarzando, trenzando, mallando los hilos de la existencia. Co-ser es una tarea ardua, delicada y sensible, a la vez, aunque se corra el riesgo de pincharse; pero es también fascinación porque el resultado es una seda bordada, primorosa y delicada. Co-ser es entrar y salir con la aguja, llevando y trayendo el hilo de nuestra vida, que se entrecruza con los demás, dejando el propio hilo, dejando la vida, en la labor compartida.

En ese ir y venir de nuestra biografía, señala Mora Fandos que co-ser es «la incapacidad para ser auténticamente uno mismo, si no es con el otro». Porque sin el co-, el –ser queda amustiado, inconcluso, finado. Pero con el co-ser se puede incluso remendar las discontinuidades, las deshilachaduras y desgarrones que todo lo vital comporta, amén de trenzar y trenzarse en lo que vale la pena. Co-ser es también equivalente de en-cantado. De tal forma, que igual que el tejido está hecho de muchos hilos, el canto —en cualquiera de sus maneras: presentes o ausentes los cantores— es un en-canto. Y afirma que «des-sen-cantado es pues sinónimo de des-cosido; y por qué alguien co-sido es aquél que ha alcanzado el en-canto de una plenitud vital».

Pedro López. Grupo de estudios de actualidad

Publicado en Diario Levante, Opinión, 1 de noviembre de 2011