Estoy leyendo el final de la Eneida , con una taza de té al lado. Es una serena tarde de sábado, han caído unas gotas intempestivas, pero ya son un ligero recuerdo. Eneas ha sido herido por Turno y…
… entonces Venus, condolida del inmerecido penar de su hijo, va a recoger en el cretense Ida las vellosas hojas y la purpúrea flor del díctamo, bien conocido de las cabras monteses, heridas por veloz saeta. Trájolas Venus envueltas en oscura niebla, las deslíe con agua en una fúlgida copa, les infunde ocultas virtudes y rocía al remedio con el saludable zumo de la ambrosía y con la fragante panacea; lava el anciano Iapis con él la llaga, sin conocer las virtudes, y de pronto huye del cuerpo todo dolor…
El té me parece ahora el remedio divino, y cualquier problema ya sólo un ligero recuerdo. Es una sensación momentánea, un efecto de lectura, pero me hace pensar en la virtud de la buena escritura, y en este caso de esa escritura, a menudo tan obviada, que es la traducción. Buena traducción, al menos, porque recrea el énfasis épico; porque traslada la virtud visual, táctil, olfativa de las palabras originales; porque compone una serie de sonidos y acentos que, al hacer música, despierta en mí el sentido de la evocación. Me siento bien tratado como lector. Gracias.
(Por cierto, si alguien sabe cómo se llama el traductor de la Eneida en la versión de la colección Austral de Espasa-Calpe, le agradeceré que me lo indique. El traductor merece un nombre en el reino de la literatura).
Luís Segalá y Estalella: es un clásico.
ResponderEliminarhttp://www.odisea.com.mx/Texto_y_comentarios/traduccion.html
¡Muchísimas gracias, Joaquín! No me explico cómo no hacen figurar el nombre del traductor -o quizás es que yo no lo he encontrado, que todo puede ser-.
ResponderEliminarUn par de mínimas precisiones: 1) No consta que sea Turno quien hiere a Eneas; la flecha que causa la herida, según la misma traducción que tú citas, es "disparada no se sabe por quién, traída no se sabe por qué empuje. Ignórase cuál azar o cuál dios diera a los rútulos tamaña prez; perdida fue la gloria de aquella proeza, pues ninguno se jactó de haber herido a Eneas". 2) La traducción es la clásica de Eugenio de Ochoa, ya elogiada por Menéndez y Pelayo y de la que Borges también habla con elogio; la traducción de Segalá, como se ve por la referencia de Internet, es de la Odisea (tradujo ambas, Ilíada y Odisea, y efectivamente es la traducción de referencia en prosa). Yo, sin embargo, he de decir que, reconociendo la excelencia de ambos, Ochoa y Segalá, prefiero en general las traducciones en verso para la poesía; las que yo suelo leer son las de Fernando Gutiérrez para Homero (Ilíada y Odisea), publicadas en su día por José Janés y reeditadas hace años en Clásicos Universales Planeta, donde pueden encontrarse ahora. Y, en el caso de la Eneida, la de Javier de Echave-Sustaeta, publicada en la Biblioteca Clásica Gredos (la de tapas negras), que recientemente, después de la compra de Gredos por RBA, ha aparecido en edición de bolsillo, creo que con introducción distinta.
ResponderEliminar¡Caray, Marinero! Encantado de tus precisiones. Efectivamente, no es Turno quien dispara, un lapsus. Coincido con tu gusto por las traducciones en verso. Recuerdo una de la Ilíada que leí hace años, en una edición muy vieja, creo que todo iba en endecasílabos, y me pareció un trabajo titánico, que sonaba como si Homero supiera castellano. Buscaré la de Echave-Sustaeta. Muchas gracias por todo.
ResponderEliminarPor una extraña razón, mis neuronas patinaron de la Eneida a la Ilíada. Lleva razón el marinero (puesto de que marinos hablamos...).
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno Joaquín, patinar, patinamos todos, ya lo ves.
ResponderEliminarUna traducción también recomendable de la Eneida, y precisamente en endecasílabos (quizá sea la que tú recuerdas) es la de Aurelio Espinosa Pólit, traductor de todo "Virgilio en verso castellano" (es el título del libro que recoge sus traducciones, no publicado en España; pero Cátedra las recoge en su "Biblioteca Aurea", y -sólo la Eneida- en la colección "Letras Universales"), y sin duda con un elevado nivel de excelencia. Si a mí hay alguna que me guste más (y tampoco quiero olvidarme de los fragmentos que, en traducción de Luis Alberto de Cuenca, incluye la "Antología de Poesía Latina" suya y de Antonio Alvar, que en su día publicó Alianza) es porque otras tratan de aproximarse de algún modo a la traducción verso a verso, cosa que en la de Espinosa naturalmente no ocurre, y yo prefiero una cercanía mayor (si es posible) al original; lo otro me parece más una recreación, aunque la de Espinosa sea sin duda de primer orden.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marinero, estoy en la biblioteca de la Universitat de València, y parece que la de Echave Susaeta está disponible. La de Espinosa Polit, ahora mismo no, pero la buscaré.
ResponderEliminarLa que recordaba en endecasílabos era la de la Ilíada.
Gran asunto el de los diversos tipos de traducción o versión. Mi tesis doctoral fue un análisis estilístico de las traducciones a español de Four Quartets de T. S. Eliot, y es apasionante descubrir los criterios, intenciones, aciertos y desaciertos de los diversos traductores.
Conozco dos versiones de la «Eneida» en verso: una (en octava real) del filólogo colombiano Miguel Antonio Caro y Cuervo, y otra (en endecasílabos sueltos) del cubano Antonio Guiteras y Font.
ResponderEliminarEjemplo de la traducción de Cuervo:
Tú, Romano, regir debes el mundo; / Esto, y paces dictar, te asigna el hado, / Humillando al soberbio, al iracundo, /Levantando al rendido, al desgraciado
Original en latín:
Tu regere imperio populos, Romane, memento / (hae tibi erunt artes), pacique imponere morem, / parcere subiectis et debellare superbos.
Ejemplo de la traducción de Guiteras:
No lejos de la vista de Sicilia / Daban al aura plácida las velas / Alegres los troyanos, y las brónceas / Proras cortaban la salobre espuma.
Original en latín: Vix e conspectu Siculo telluris in altum / Vela dabant laeti, et spumas salis aere ruebant;
Literal: Apenas fuera de la vista de la tierra siciliana, daban alegres las velas a la alta mar y cortaban con el bronce las espumas saladas (de sal).
Muchas gracias Philologist, hace ya mucho tiempo de este post, y que no frecuento la Eneida, pero intentaré buscar estas versiones.
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