Autopista.
Cuento de Navidad
José
Manuel Mora-Fandos
Sucedió
hace tiempo.
No
me esperaba nadie a la salida del penal. Veinte años y dos días eran mucho.
¿Qué
recordaba yo del mundo? ¿Quién se acordaba de mí?
En
el aparcamiento un Tesla. Al menos alguien recordaba el trato.
La
autopista, un 24 de diciembre, era una lengua muerta y fría sobre
una tarde amarilla, cada vez más apagada, extendiéndose a los lados. Adelante,
quién sabía adónde.
Apenas
me fijé, por mi arcén, en dirección contraria, un tipo con un burro y una mujer
sobre él. Quizá inmigrantes. Se alejaban horizontales por el retrovisor. Cada
uno vive como puede.
Un
rato muy largo y nadie por la calzada. El pedregal erizado de cardenchas, siempre lo
mismo.
Sobre
el horizonte una costra cárdena. Encendí los faros.
Me
pasó algo por encima, en sentido contrario, blanco, rápido. Qué recordaba yo de
mi vida pasada que se le pareciera. En el retrovisor solo unos puntos alejándose en el aire.
Aún
tenía la imagen en la mente, me sudaban las palmas de las manos sobre el volante de piel, y
por el arcén un puñado de pastores flotando sobre un río de ovejas. Ovejas, ya
ni me acordaba de la palabra.
Cada
vez los postes de luz de la autopista se espaciaban más. No me importaba, con tal de
ver el siguiente punto luminoso. Si no sabes a dónde vas, cualquier camino es
bueno.
Unos
reflejos, de nuevo por el arcén, altos, metálicos. ¡Gente sentada en camellos! Tanto tiempo
fuera del mundo… tantas cosas podían haber cambiado... ahora la gente iba con
camellos por aquel páramo. La cabeza me iba lenta hasta para figurarme por qué.
Tanto tiempo sin pensar.
Y
entonces llegué al último poste. No más luces más allá. Mis faros alumbrando unos
metros de autopista, como entrando en una cueva, en la boca de un lobo.
Aminoré
y paré en el arcén. En el retrovisor los destellos de una lámpara de aquellos
tipos de los camellos. Sentí una sed fuerte mientras la luz iba menguando. Salí del
coche y la busqué escudriñando en lo oscuro. Apenas ya un parpadeo.
Si
no la perdía, aún podría unirme a toda aquella gente.
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