Vuelvo a abrir la edición de las obras de Eliot por el día de hoy: Miércoles de Ceniza. Era 1930 y Eliot tenía 42 años.
Porque no espero volver otra vez
porque no espero
porque no espero volver
a desear el talento de este, o la habilidad de aquel,
no me fuerzo a esforzarme ya por cosas tales
...
Una guerra increíble, un periodo tenso prebélico, un matrimonio roto, una conversión religiosa. Se dice que deberíamos olvidarnos del poeta para encontrarnos con el poema. Sí, yo también lo digo y lo enseño. Pero el lector es soberano para invitar a su lectura a quien quiera, y nadie podrá censurarle si se hace acompañar del autor. La lectura, la vida, no es para la soledad. 42 años dan para haber sido acariciado por la ceniza muchas veces, y para esas intuiciones, sutiles, que salvan.