Un relato también puede ser un clásico. Para mí, "La fiesta en el jardín", de Katherine Mansfield: una fiesta burguesa de finales del XIX, preparativos, un jardín que restalla bajo el sol, una adolescente con una contrastante sensibilidad estética y moral. Al final, no tan lejos de cosas que conocemos, que hemos vivido quizás. Sí, hemos vivido despertares, días en que nos levantamos unos y nos acostamos otros. Oscuras iluminaciones. Jardines de los que se sale. Fronteras que se cruzan. Bellezas que se abandonan como juguetes que ya no nos dicen nada. Silencios que lo dicen todo.

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