Suavidad
Para Ana Zanoni Mora
Suaves, Ana, son los suaves sones
que en cada blanca, negra, tecla pones.
Qué lejos queda ya el pentagrama:
Tú ves, yo veo, el pájaro en su rama.
Sonata de Clementi. La ventana
se ha abierto, el viento en la mañana
solo sabe el silencio que sugiere
—que música será, o que te quiere—.
Doble barra final. Llega la tarde.
Ni edad feliz, ni nada que resguarde,
tan solo todo aquello que aprendiste.
Ponías suaves sones: recibiste.
precioso!
ResponderEliminarMuy bello poema le dedicas (creo entender)a una de tus sobrinas. La melodía de las rimas consonantes armoniza a la perfección con esas alusiones musicales a pentagramas y teclas de piano. Descubro en ti también la faceta de poeta. Mis felicitaciones por ello.
ResponderEliminarSaluditos y buena semana, José Manuel.
Gracias, Marta, me alegra que te haya gustado. E igualmente Mayte, sí, es para mi sobrina, y ha quedado bastante sonoro, sí. Saludos y feliz semana.
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