Una de las preguntas más repetidas en la historia de la humanidad, junto con "¿Qué hay hoy para comer?" Así que, tranquilidad, no hay por qué perder los papeles -sobre porque es lo único que tienes, ahora-: nada nuevo bajo el sol.
Y como una de las más repetidas, igualmente una de las más respondidas. No pretendo ser el oráculo de Delfos, sobre todo porque hay sitios donde se pueden leer respuestas exhaustivas; tan solo dar unos consejos express:
1. Ya has regado el bonsai, sacado a Bobby al canódromo, encendido el pachuli, hecho un litro de té rojo y te has puesto las zapatillas de tu abuela pero cada una en el pie que no le corresponde -te dio suerte una vez, acuérdate-... empieza a plantearte si todo eso no es demasiada preparación. Ponte mentalmente en esta tesitura: estás recluido y solo dispones de dos horas diarias de electricidad -condiciones de tus secuestradores-, así que, dale a las teclas de tu portátil hasta que salgan chispas (en algunas partes del mundo, desgraciadamente, la musa lleva machete y viste caqui).
2a. Escribe, escribe, escribe. No te apartes, un problema solo se soluciona desde dentro. Hay que tener las manos manchadas.
2b. Escribe, escribe, escribe. La escritura es una piscina, hay que estar dentro para nadar. Convéncete de que es imposible nadar a distancia, por correspondencia, telepatía o desde el sillón.
2c. Escribe, escribe, escribe, aunque solo sea poner por escrito el problema y tus divagaciones de por dónde podría ir la solución... ¿ves como el gigante se va encogiendo?
3. El perfeccionista que hay en ti te ha impedido hasta hoy entrar en vida en la historia de la literatura. ¿Hasta cuándo se lo vas a seguir permitiendo? Echa de casa a semejante cenizo.
4. ¿Aún no has descubierto la fuerza del borrador? Hay que producir mucho "sucio" para sacar algo en "limpio".