AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



martes, 7 de mayo de 2013

Calidad de frase


Es una expresión de Julián Marías. Mi amigo Rafa Martínez, hacía algo más de un mes, me había hablado de otro término de nuestro filósofo: “calidad de página”; y yo quedé con el compromiso de hacerme con el libro donde expone la idea. Pero la vida… y ayer, hojeando Internet —porque hay páginas web—, me encuentro el artículo de Marías donde acuña la expresión nueva: “calidad de frase”, como un corolario de la que me anunciaba Rafa.

Dice Marías que es la intensidad y la brevedad lo que traen consigo estas frases de notable calidad; que va de suyo en la poesía, pero también abunda en la prosa: Ortega o Gabriel Miró serían ejemplos, mientras que no Galdós o Baroja —es decir, que asoma más esta frase por los dominios de la reflexión y la descripción intencionalmente estéticas, y no es tan visible en la narración—; y da como ejemplo algunas de las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique:

Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.

Olé. Lírica discursiva, un género arriesgado donde cansar al lector no es difícil, donde manda la justeza, y la imaginación va elegante por ceñida. En estos tiempos de airbag espiritual, la disipación intelectual y afectiva pasa el gato pardo de cualquier cosa por liebre del estilo sugerente. No hay que deja a Manrique muy de la mano.

“Calidad de frase”, y a mí me viene a la mente otro marbete: “frase en sazón”, en el punto de madurez; porque, en general, en el bulto de las urgencias del día, escribimos mucha frase “verde” y prematura; y con qué facilidad deviene en rédito para las ambigüedades programadas de los media y la escenificación de la política para el prime time de los telediarios.  

Pero, como se dice en Italia, acabemos “in bellezza”: calidad de frase, como si nos fuera mucho en ella, nos importara el lector, tomárnoslo en serio y no en serie; porque escribir, comunicar, pueda ser un acontecimiento, una invitación, una educación; sugerencia y sazón; elegancia.