AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



viernes, 22 de noviembre de 2013

De enseñar a leer y a escribir: aulas y paellas


Una por cuatro, por cuatro, por ocho, por doce: horas por días, por semanas, por meses, por años de un niño sentado tras un pupitre en el sistema educativo español: 1536 horas de “Lengua”. Paradójico resultado: escaso hábito lector, nulo hábito escritor, un vivero de faltas de ortografía, calvicie de tildes, frases descalzas de puntuación…

¿Qué hemos estado haciendo con los alumnos durante este millar y medio de horas?

Algo semejante a haber tenido una asignatura llamada “Paella” y después de esa alucinante ristra de horas, el joven a las puertas de la universidad no supiera cuándo hay que poner la carne o el arroz; pero, por otro lado, hubiera estudiado concienzudamente temas como “Variabilidad de resistencia al fuego en aleaciones”, “Los arrozales en Escandinavia: una propuesta”, “Estructura, taxonomía y quaestiones disputatae de la cerilla” o “Análisis de la cohesión, coherencia y adecuación de ingredientes heteromorfos según la teoría de conjuntos aplicada a técnicas culinarias I, II y III”.

Vale, ya sé que exagero: los niños son los niños, los padres son los padres, la vida es la vida... Hipérbole, sí. Pero no hay nada como una hipérbole para despabilarse... "avive el seso y despierte"...

A ver si a quien le competa, en algún órgano de decisión -qué curiosa expresión-, toma nota.

¡Con lo buena que está la paella!