Ita fac, mi Lucili: vindica te tibi, et tempus quod adhuc aut auferebatur aut subripiebatur aut excidebat collige et serva.
Haz así, querido Lucilio: reclámate a ti mismo, y recoge y guarda ese tiempo tuyo que hasta ahora te arrancaban, o te hurtaban o simplemente se te iba.
Así comienza la primera epístola de Séneca a su querido amigo Lucilio. Y en la primera frase ya intuye el consejero algo muy profundo: reclamarse a uno mismo, y recoger y guardar el tiempo, es lo mismo; porque somos de tiempo. Y recoger y guardar el tiempo, es recogerse y guardarse. El tiempo para Séneca es un bien fundamental de la persona; todavía no es esencia del ser personal. Cae en el ámbito del tener, aún no en el del ser.
Para llegar a saber eso habrán de pasar bastantes siglos. Pero en esa primera frase, se pulsó una cuerda eterna.
Venerado Mora Fandos,
ResponderEliminarEn tu entrada de hoy tocas una de mis obsesiones:la psicosis perenne que tengo con el tiempo,del que no logro adueñarme a pesar de mis intentos de mantener la mente clara y alerta en medio de esta prisa contemporánea que intenta minarnos hasta la raíz...No logro entregarme de lleno , con paciencia y atención a cada cosa que voy haciendo, padezco la enfermedad de la prisa, y muchas veces cierro la puerta al aprendizaje, pensando que no tengo tiempo...
La mejor enseñanza al respecto me la ha brindado mi hija Elena de 2 años, y el pequeño Santiago, que ahora va a cumplir 7 meses, ambos tienen un estilo de vivir envidiable, mezclan el tiempo de jugar con el de comer y con el de aprender con maestría, son verdaderamente libres, dueños de su tiempo, y con la puerta abierta al aprendizaje en todo momento. Y cuando llegas a tomar el pulso a sus tiempos, te vuelves un poco más libre, lo juro.
Lord Scutum, ahí va mi consejo: creo que todos tenemos esa enfermedad, y veo que tienes también el remedio, por lo que me cuentas de tus hijos. Ellos están en lo importante, no en lo urgente: nosotros es al revés. Pero seguramente es la atención al otro lo que humaniza nuestro tiempo y desactiva la prisa.
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