Hacía frío al cruzar el puente de Calatrava. Una humedad de poniente. Eran unas oscuras 9:10. Pero hay cosas que a pesar de sentirlas, no las sientes.
Terminaba de salir de la charla-entrevista en la Fundación Mainel. Una de esas veces en que hablas como si estuvieras interpretando el concierto de violín de Mendelssohn: estás y no estás. Eres música, has dejado todo atrás: las yemas de los dedos deben estar pulsando nubes, pero no tienes ni tiempo ni distancia para poder llegar a esa conclusión. Empiezas algo frío, pero vas concentrándote, y se hace el don.
Claro, esto, que acaece de vez en cuando, es un regalo. Yo cruzaba el puente de Calatrava. Hacía frío. Estaba y no estaba.
Muy bello amigo. El frío es el gran enigma de la propia soledad.
ResponderEliminarMe inspiras, Javier. Le sacaré punta. Un abrazo.
ResponderEliminarJosé Manuel, un poema que puse en su día en mi blog y me gustaría compartir tras leer varias veces tu entrada.
ResponderEliminarConfidencias de una mujer solitaria:
Estaba tiritando, helada,
mi piel temblaba de miedo
sin saber a dónde ir.
Hallé tu mirada_
recorriste mi cuerpo
con tus manos y pude
sentir tu calor.
Sólo me abracé a ti,
para que me salvaras del frío.
* * *
Saludos y gracias.
Hola Lourdes, gracias por tu poema. El tema del encuentro amoroso es universal. Tu poema es conciso, como buscando ser fiel a un estado de ánimo, sin querer adornar lo que cuentas. No es el tipo de poesía que suelo leer, pero te agradezco la confianza depositada en mi lectura.
ResponderEliminarY dime entonces qué se siente pero a la vez no está: la vida, el amor, el ser, la esencia...
ResponderEliminarO sólo un momento de frío, de soledad que nos hace respirar con palabras.
¿Porqué crees que no he visto en tus palabras la fidelidad a otro estado de ánimo?
José Manuel, besos y gracias.
Me refería a que después de la experiencia grata de poder hablar sobre la estética y conectar con los que estaban asistiendo, el frío, pese a sentirlo, no lo sentía. Creo que fue ese sentimiento de comunicación. Y sí que quería ser fiel a lo que sentía, es verdad.
ResponderEliminarGracias
Entonces, ahora sí adornas lo que contabas. A veces, sobran las explicaciones.
ResponderEliminarBesos