AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



viernes, 22 de enero de 2021

Gracias por los héroes melancólicos

Echo mano, cada curso, de ese acierto de manual que se titula Estrategias de guion cinematográfico, de Antonio Sánchez-Escalonilla. No doy clase de guion, pero tengo alumnos de escritura creativa, de publicidad y de periodismo. Buscamos héroes, en las ficciones… y en la vida. Parece que los avistamos con más claridad en las primeras que en la segunda. Pero luego resulta que los de la segunda no surgen sin la influencia de los de las primeras. Y los de las primeras, si son genuinos, emergen en su esencia de los de la segunda. Es saludable vivir en este misterio y dejar que nos ilumine.

En el manual Sánchez-Escalonilla dedica un magnífico capítulo a la creación del personaje, y situándose en tradición clásica de la distinción e interpenetración de temperamentos y caracteres, me ha brindado cada año una clase que sigue iluminando a los alumnos. Héroes hay de todo tipo. En la última, una alumna de periodismo manifestaba su agradecimiento al autor del manual por hacernos ver que también existen los héroes melancólicos, los que habitan más en el rumiar interior temperamental que en la acción resuelta instantánea, y que los estándares de hombres y mujeres de acción de tanta ficción contemporánea no son los únicos héroes. Me sonreí y le di con gusto la razón. A veces un silencio sabio es la mejor acción, y otras veces una mirada, y otras un paso adelante aunque aún aleteen las dudas. Me lo vengo pensando desde entonces: cada persona irrepetible pide su héroe irrepetible. Así en las ficciones como en la vida.