Llevo años leyendo con los alumnos el breve relato “Tyrannosaurus Rex”, de Juan Miñana. Un padre y una hija pequeña, el primer día en que se encuentran tras un proceso de separación entre el padre y la madre, un narrador -el padre- en primera persona. Un paseo por el puerto de Barcelona, calma tensa, culpabilidad, incomunicación… y un pequeño prodigio, creativo, de corazón, en la trama íntima y pudorosa de lo cotidiano. El relato, por lo que compruebo, sigue emocionando y provocando sonrisas que soy incapaz de sondear, pero que deben de venir de auténticas profundidades. Prodigio creativo de la narración y de la lectura, una vez más.
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Muchas gracias por tu comentario, lo leo dentro de un poco -es bueno darse y dar un poco de tiempo a los demás, así la vida se vuelve más humana- y te respondo
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