Pues allá va:
Kasihaiku/para comenzar/cualquier año
Regalé
todos mis champús:
¡calvo al fin!
Kasihaiku/para comenzar/cualquier año
Regalé
todos mis champús:
¡calvo al fin!
Sí, tiene su savia surrealista esta humorada. Empiezan los años; nosotros, sin embargo, vamos en esa paradójica mezcla de continuidad y discontinuidad, siempre empezando... y, por lo tanto, nunca.
Así que algo de broma, asombro, desprendimiento que desautomatice el rígido augurio de los días venideros, puede ser algo de lo más serio.