AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



domingo, 22 de enero de 2012

La lectura, esa catarsis necesaria



Sybila Pop, JM Mora Fandos (acrílico sobre papel)

En el mundo clásico las cosas estaban más juntas. Hoy tendemos a pensar que en la vida personal lo estético y lo ético siguen caminos particulares, que pueden -o no- cruzarse en algún momento. Pero los contemporáneos de Aristóteles iban al teatro tanto como el que va a pasar un buen rato, a descansar; como el que confía su conciencia a un experimentado consejero… y descansa también. Catarsis era la palabra que empleaban para referirse a aquel efecto de purgación: no solo poner los problemas entre paréntesis un rato, abrir una ventana de aire nuevo a la interioridad a través de la diversión; sino justamente a través de esa ventana de la ficción, esa placentera experiencia, atisbar un sentido para la vida que ayude a entender mejor “lo que a uno le pasa”. No es poco placer esto de encontrar sentido para lo que más nos importa.

Nuestra cultura —tan marcada por la inmediatez, la fragmentación, el activismo que fracciona el día en multitud de astillas incapaces de decirnos el por qué y el para qué de lo que hacemos— necesita una mayor confianza en la experiencia de las narraciones ambiciosas, profundas. Tiempo para leer, elecciones sabias, un contexto humano en el que interpretar y compartir lo leído son rasgos de un estilo de vida que parece urgente adoptar. Julián Marías escribió con deleite y largueza sobre la dimensión narrativa de nuestra vida, seres biográficos como somos. Para encararnos con lo que somos, fuimos y queremos ser, hace falta un hábito de encontrarse “en familia” con las narraciones: ahí podemos encontrar imágenes de una vida en su conjunto, con sus luces, sombras, sentidos y esperanzas.

No es mala determinación la de “sacar un tiempo” de lectura diario, semanal… buscar esa catarsis que nos ayude a ganar el tiempo de nuestra vida, a sacarle el sentido más alto a nuestra biografía personal. 

La musa de este artículo se llama Ángel Escudero, médico y gestor de Promoción integral de la salud -donde se junta la salud con el sentido humanista de la vida personal-, que me pidió un artículo para dicho blog. Aquí está, y aquí el enlace al fenomenal blog.