Sybila Pop, JM Mora Fandos (acrílico sobre papel)
En el mundo clásico las cosas estaban más juntas. Hoy
tendemos a pensar que en la vida personal lo estético y lo ético siguen caminos
particulares, que pueden -o no- cruzarse en algún momento. Pero los
contemporáneos de Aristóteles iban al teatro tanto como el que va a pasar un
buen rato, a descansar; como el que confía su conciencia a un experimentado
consejero… y descansa también. Catarsis
era la palabra que empleaban para referirse a aquel efecto de purgación: no
solo poner los problemas entre paréntesis un rato, abrir una ventana de aire
nuevo a la interioridad a través de la diversión; sino justamente a través de
esa ventana de la ficción, esa placentera experiencia, atisbar un sentido para
la vida que ayude a entender mejor “lo que a uno le pasa”. No es poco placer
esto de encontrar sentido para lo que más nos importa.
Nuestra cultura —tan marcada por la inmediatez, la
fragmentación, el activismo que fracciona el día en multitud de astillas
incapaces de decirnos el por qué y el para qué de lo que hacemos— necesita una
mayor confianza en la experiencia de las narraciones ambiciosas, profundas. Tiempo
para leer, elecciones sabias, un contexto humano en el que interpretar y
compartir lo leído son rasgos de un estilo de vida que parece urgente adoptar.
Julián Marías escribió con deleite y largueza sobre la dimensión narrativa de
nuestra vida, seres biográficos como somos. Para encararnos con lo que somos,
fuimos y queremos ser, hace falta un hábito de encontrarse “en familia” con las
narraciones: ahí podemos encontrar imágenes de una vida en su conjunto, con sus
luces, sombras, sentidos y esperanzas.
No es mala determinación la de “sacar un tiempo” de
lectura diario, semanal… buscar esa catarsis que nos ayude a ganar el tiempo de
nuestra vida, a sacarle el sentido más alto a nuestra biografía personal.
La musa de este artículo se llama Ángel Escudero, médico y gestor de Promoción integral de la salud -donde se junta la salud con el sentido humanista de la vida personal-, que me pidió un artículo para dicho blog. Aquí está, y aquí el enlace al fenomenal blog.