Domingo tarde: la mayor parte de los urbanitas se han derrengado en el marathon de esta mañana. El cauce del río duerme también la siesta deportiva. Camino hacia el puente de Calatrava con mi trompeta a la espalda y la sordina en la mano. Han pasado siete días, vuelvo al mismo lugar y ...la filosofía, otra vez, en el Turia. Un filósofo anda suelto: veo sus rastros. En el respaldo de un banco ha escrito que piensa que piensa, luego estorba. Ciertamente, no está. Me temo lo peor, ¿hasta dónde habrá llegado la radicalidad de su "estorbidad"? ¿estará ya al otro lado del río? ¿va en el bote de Caronte, el de Patinir, hacia...? Tampoco hay que ponerse así. Quizás se haya ido a oír el fútbol en la radio.
Sea como sea, anónimo filósofo, vuelve. Aquí no estorba nadie.