“Supongo que esto sólo es otra causa perdida, Sr. Paine. Ustedes no saben nada sobre causas perdidas, pero el Sr. Paine sí: una vez dijo que eran las únicas por las que valía la pena luchar, y luchó por ellas en una ocasión, por la única razón que todo hombre debe hacerlo, y por una pura, llana y sencilla norma: ama a tu prójimo. Y en este mundo de hoy, lleno de odio, un hombre que conoce esta regla sabe una gran verdad”.
No puedo evitar la emoción cada vez que reveo Caballero sin espada. Una fábula sí, pero mucho más verdadera que las ideologías que han diezmado a Europa en el siglo XX. Las ideologías nunca se presentaron como causas perdidas, sino como el pague tres y llévese cuatro, como el todo a 100, como los créditos ninja, como el bueno, bonito y barato, como el pulpo Paul: como el atajo nunca visto antes porque no habíamos tenido gente tan lista hasta la fecha por el vecindario.
Jeff, sigue contando conmigo entre tus Boy Rangers.