Pensaba que el verano sería más receptivo a la lectura de novedades que a la de los clásicos. Bien, estoy modificando este prejuicio. Aunque, entre manos tengo En un lugar seguro, de Wallace Stegner, que promete de verdad. Debe ser, justamente, la nostalgia de la casa: cuando estás de vacaciones, pasado un tiempo, empieza a insinuarse el hogar. Una presencia en ausencia, pero presencia efectiva.
El verano queda asociado a cierta indolencia y levedad vital; el invierno a lo sesudo y serio. La vida siempre se escapa a nuestras recetas. Qué bueno es que nos sorprenda.
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Muchas gracias por tu comentario, lo leo dentro de un poco -es bueno darse y dar un poco de tiempo a los demás, así la vida se vuelve más humana- y te respondo
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