(Aunque este blog no es de tema religioso, esta entrada sí lo tiene -como cualquier otro bloggero puede hablar de sus convicciones políticas, literarias, ideológicas, gastronómicas...-. Forma parte de mi identidad).
Está próximo el Corpus Christi. Al menos en Valencia se celebra el domingo 26. Me ha hecho recordar una vieja idea a la que le he dado muchas vueltas: cada vez que, tras la Consagración, el sacerdote eleva la Hostia Santa, pienso que está levantando un punto, un centro, un sentido, una referencia. Y que el centro del universo está ahí.
Siempre acechados por el sinsentido, tantas veces débiles hasta la traición, creo que ahí se gana el sentido para todo.
Alo final, no habrá sido en vano la música de John Coltrane, ni el Quijote, ni un momento de auténtica poesía... ni siquiera el sufrimiento.
Ese punto puesto en alto es lo único ante lo que me arrodillo en este mundo.