Dejar algo en blanco, dejarlo sin pintar, es dejarlo sin dueño, deshabitado.
("El color", en Algunos lugares de la pintura)
I.
Mucho contexto hace falta aquí, para entender con propiedad. El paso del hombre no se hace sin un tizne, un rasguño al menos. Quizá por eso el desierto sea inhabitable, inhumano; y que allí vayan los que esperen una salvación, una epifanía. Quizá el desierto esté en todas partes.
II.
Zambrano habla de esa habitabilidad del mundo, y del adueño que es propio del hombre. Pero la redención del mundo será pintura, o no será. En su opuesto, las huellas errabundas que borra un leve viento, o la agresión codiciosa.
III.
Dejar algo en blanco, abstención. El no querer estar, el querer no haber estado. El olvido.
IV.
Llevar los colores al mundo, aprender de los maestros. "Poéticamente habita el hombre el mundo", sigue susurrando Hölderlin.