Estaría dispuesto a pensar que el lector no tiene
obligaciones. Pero me indispondría con respecto al buen lector. Me vino al
pensamiento esta misma mañana (la mañana: merluza en que termina de escurrirse
el ayer) recordando el taller, algunas cosas que surgían al hilo de los textos.
Les preparé un texto descriptivo de Ébano, de Kapuscinski. Aprendí mucho del feedback: diversas
sensibilidades, rincones no barridos del polaco (del autor, me refiero),
algunas conjeturas sobre la traducción (ay, ingrata labor que solo aprecia el
inconsciente del lector; es decir, nadie) sobre posibles fallos… en fin, no está
obligado —Dios nos guarde— el lector a gustar de ningún libro o estilo contra
su voluntad, capricho o gana.
Pero digo que el buen lector sí tiene algún deber para
casa. Y un buen escritor es un lector consciente, aplicado. Cuánto aprendemos
de lo diferente. No hay perfil sin fondo. Quien no fondea, crece ilimitado, y
en su desmesura se vacía de su esencia.
Esta merluza ya está lista.
Muy sugerente el artículo. Muchas gracias.
ResponderEliminarÁlvaro J B.
A ti, por la lectura, Álvaro.
ResponderEliminarHola, quería dejar un breve saludo ya que tuvimos la oportunidad de compartir unos minutos en la tarde del viernes al hilo del programa rediofónico. Espero que tengas la oportunidad de ser invitado de nuevo y seguir contándonos más cosas sobre la belleza y sobre el libro: Tan bella, tan cerca.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Ginés, a ver si tomamos un café literario, ¿cuándo te puede ir bien? ¿puedo escribirte a algún mail? Gracias
EliminarHola Ginés, muchas gracias por tu visita. Entraré en tu blog. ¡A ver si nos vemos en las ondas de nuevo! Saludos.
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