Basta un poco de silencio. Se escuchan leves ruidos en la casa. Es que la casa camina, como nosotros. Su caminar se traduce en reajustes de vigas, marcos, baldosas, escalones, bisagras... La casa camina porque nada en este mundo deja de caminar bajo el signo del tiempo. El tiempo todo lo signa con su espuela. Si miro mis manos descubro el mismo signo. Si cierro los ojos espero una Resurreción.