"Amar a un ser es decirle tú no morirás", eso dice el personaje de Antoine Framont, en la obra teatral La muerte del mañana (1931), de Gabriel Marcel. Marcel la repitió muchas veces después, en escritos filosóficos y en conferencias.
Con el otro se palpa la misteriosa trascendencia de la persona, su sorprendente solidez, su paradójica fragilidad; la razonabilidad más allá de la razón; la esperanza contra toda esperanza; la promesa como fidelidad; la repetición como vocación.
"El amor es más fuerte que la muerte" es ya un clásico pero a mi me gusta más la de Platón:
ResponderEliminar"Amar es ver a la persona amada como la ve la divinidad". Y eso es tan difícil ...
No conocía la de Platón, gracias Luis. Tienes razón, eso es difícil, sólo se consigue por un don, una gracia... divina.
ResponderEliminar¿Es necesaria la gracia para amar? ¿O es que ya de suyo las personas son "divinas"? No sé, esa división, naturaleza/gracia, la veo contradictoria, minusvalora a Dios y al ser humano... Muy platónica. Divisiones, dualismos: cáncer. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, es un misterio, no creo que la distinción minusvalore a Dios y al ser humano. Es un modo de explicar, pero no lo explica todo. Pero funciona mejor que otros modos. Creo que lo importante es conocer los límites. Por ejemplo, cosificar la gracia. Otro: saber que hay algo divino en el hombre, pero al mismo tiempo, saber que no somos Dios. Misterios, misterios, misterios... luminosos.
ResponderEliminarAhí está la cuestión. Jugar con el límite, a veces, de mala manera. Los primeros que lo hacen son los que meten la pata (heterodoxia, iluminados), el problema está que el posterior desarrollo de las explicaciones son para que los que meten la pata se callen, pero de ahí a decir que podemos analizar el misterio... ¿Me explico? Me refiero al peligro que ello supone. Está claro que si no explicamos la fe, puede ser vacua. Credo ut intelligam, claro. Sin embargo, sistematizar el misterio, cerrarlo en la lógica... puede apagar la fe viva. La experiencia de Dios es aún más profunda, ¿no? NO es irracional, sino que ilumina hasta el punto de hacerse casi indescriptible, sobrenatural. A eso me refiero. Solertia intelectual. ¿Puede ser? Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que sí, Rafa. Yo no he hablado de analizar el misterio, en el sentido de envasarlo al vacío. Dejaría de ser misterio, como la Cocacola deja de serlo cuando es "light". El misterio tiene que ver con la razón razonable, y con más cosas. No con el racionalismo. Creo que estamos de acuerdo.
ResponderEliminarTotalmente. Lo sé, a veces me enciendo con esto... Es que Plantón... bueno, las interpretaciones de Platón... Gracias. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarDe res, un abrazo igualmente.
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