I.
Vas en autobús, y escuchas "Pues el otro día...". No sabes por qué, pero se te despierta la atención. Bien, sí sabemos por qué: va a comenzar una narración, y la narración es el modo más humano de comunicar y de conocer. Y en las narraciones de los demás esperamos encontrar, aun inconscientemente, algo, alguna luz para la narración en marcha que es nuestra propia vida.
II.
Hace un mes estuve en uno de los pases privados de Encontrarás dragones, en Madrid. Una narración, una buena narración, y por eso no me dejó indiferente. Hay un tema que me interesa desde hace mucho tiempo -del cual es inductor San Josemaría Escrivá- y por eso me han interesado esta película y las declaraciones de su director: la posibilidad de la santidad en medio de esta vida cotidiana.
Encontrarás dragones es cine de palabras grandes: amistad, amor, celos, venganza, reconciliación... Como hombres y mujeres, como comunidades, necesitamos narraciones de palabras grandes. Pero en la narraciones también caben las pequeñas palabras, y precisamente en la vida cotidiana son a menudo las que utilizamos. En Encontrarás dragones resuenan con fuerza las grandes, pero también las pequeñas: simpatía, serenidad, afabilidad, confianza, comunicación, silencio, oración... ¿Es posible una santidad de palabras pequeñas, cotidiana, que cuente con el peso oculto de las grandes, para no desvanecerse en la insignificancia?
Y, una pregunta que me importa tanto como esta, ¿es posible narrarla?
III.
Para la mayoría de nosotros la vida no alcanzará un sostenido tono épico; quizás sí en algunos momentos, quién sabe... pero somos humanos y como dice Eliot, "no soportamos mucha realidad", y las fibras de nuestro tejido se deshacen, y hay que remendarlas, tantas veces. Todo parece indicar que "esto" va de novela por entregas, o serie televisiva del género "Formación del personaje", con muchas referencias a otras narraciones, vitales o literarias; con mucha interpersonalidad, con mucha intertextualidad, si nos ponemos filólogos. Nunca podremos saber hasta dónde la narración personal se debe al encuentro con tantas otras.
IV.
Creo que Encontrarás dragones es gran cine -la narración te lleva suave y enérgicamente-, gran entretenimiento, pero también un valioso "entretejimiento": una luminosa narración que invita a entretejer con ella la narración de la propia vida.