Tengo sentimientos encontrados. Esta novela de Shaffer me ha parecido poseedora de aciertos muy interesantes, pero también con carencias notables.
Es fresca, sí. Habitualmente decimos con eso que es ágil de leer, accesible intelectualmente.
Es humana. Es verdad, los personajes son principalmente personas de la vida cotidiana, con sus intereses y preocupaciones. Algún tema no lo he visto bien equilibrado.
Tiene intriga. No una gran intriga, pero sí sus sorpresas.
Es histórica. Sirve como documental de la ocupación alemana de Guernsey.
Está bien escrita. Bueno, sí, en algunos aspectos. Me ha gustado mucho la ironía, tan británica, y viniendo de una autora norteamericana.
Pero, no me ha parecido verosímil el contraste de los personajes, que dependen del testimonio de su escritura en las cartas. Parecen todas salidas de la misma pluma. Ese es el problema, que no debería parecerlo. Bueno, incluso eso cabe bajo el manto de la convención de un texto que busca lo cómico y que recuerda a la comedia. Es ahí, si la autora hubiera sido capaz de conseguir esa verosimilitud, donde el texto hubiera subido mucho en la calidad, pero eso hubiera supuesto un trabajo de profundización psicológica mucho mayor.
La información sobre la ocupación alemana se queda en anécdotas, y roza algo cuestiones un poco más de fondo. Me ha recordado, en cuanto al tema de la ocupación, a Suite francesa de Némirovsky, que sí profundiza en cuestiones humanas, morales y espirituales.
En fin, simpática: da con un buen proyecto literario, pero en su ejecución se queda por debajo de lo que podría haber dado de sí.