AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



miércoles, 1 de diciembre de 2010

No les deis más libros, enseñadles a leer

"Más libros, más libres", un eslogan ilustrado con el que estoy bastante de acuerdo, pero que me recuerda a este dicho de Plinio el Joven: "Non multa, sed multum" (pero no muchos libros, sino mucho leer). Y todo esto porque, preparando una conferencia, me ha sobrevenido mi vieja  obsesión por lo del "Fomento de la lectura". ¿Cómo no me van a parecer muy bien las campañas de fomento de la lectura, y que se den subvenciones a las instituciones educativas para la compra de libros?; pero eso sigue siendo coger el rábano por las hojas: fomento sí, pero ha de comenzar en el aula.


Desgraciadamente, siguiendo el ejemplo de Platón en la República ideal, hemos expulsado las narraciones del aula: no leemos en clase, no hablamos ni escribimos sobre lo leído en clase, estamos muy ocupados viviseccionando oraciones, artículos periodísticos, enseñando y aprendiendo paradigmas, enredados en sistemas, en humo, en polvo, en sombra, en nada... La literatura, en otro sitio; las narraciones -eso con que la humanidad se ha aprendido a sí misma- lejos porque están "supuestas": el sistema educativo obliga a que los profesores supongamos que los alumnos estarán leyendo "en algún lugar", o que ya han leído, o deberían haberlo hecho, y que así ahora podemos ocuparnos de la formalidad, de la abstracción, de la raspa de la sardina, vamos. Pero sabemos que, masivamente, no leen.

Algunos profesores intentan algo, algo que supone fricción con el sistema, trabajo aparte,  quintacolumnismo, vocación. Que supone estar en Matrix, pero sin casquillos de bala ni karate; con cafeína y pupilas brillantes a la mañana siguiente.