AVISO PARA QUIEN QUIERA COMENTAR

¿Dónde está la sabiduría que perdimos en el conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que perdimos en la información?
T. S. Eliot, Coros de La roca, I



jueves, 24 de febrero de 2011

4º día del taller: de forenses y pasteles

Día dedicado al lenguaje literario: aunque es un tema que me apasiona, nunca había dado una clase de teoría literaria. Y hoy ha ocurrido: teoría -si breve, dos veces buena- y práctica.

En buena medida, conocemos por contrastes: así que hemos confrontado un párrafo del BOE con un haiku de Gabriel Insausti. Como boquerones a la vinagreta y un suavísimo mousse de limón. (No sé lo que me pasa, pero lo cierto es que cuando quiero explicar algo sobre la escritura acabo hablando de gastronomía, bromatología, digestiones... : ¿qué ocultos pasadizos sinestésicos no estarán comunicando ambos mundos?).

Un párrafo del gran maestro Azorín, para ilustrar la difícil facilidad de contar lo que "hay delante". 

Y luego nos metimos en el variado mundo de los cuentos. La brevedad de este taller de introducción a la escritura nos obligó a seleccionar un subgénero ad hoc, así que recalamos en los microrrelatos. Hicimos de forenses, tratando de determinar cuál sería la cabeza perdida de aquellos textos desmochados por el final. Porque en la "microrrelatería" el final es, verdaderamente, el principio de todo. 

Y una pincelada sobre la novela, o, por mantener la "metaforería" gastronómica de esta entrada, unas guindas del gran pastel novelístico. Las guindas consistieron en primeras frases de novelas conocidas: "El forense se ajustó la montura de las gafas y se acercó al trozo de tarta: ¿cómo no se había dado cuenta?". La cedo como inicio de psico-thriller de éxito.

Hasta el miércoles que viene.